Puestos los ojos en Jesús

 Puestos los ojos en Jesús


Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.

Hebreos 12:2 TLA

Cuando alguien viene a los pies de Cristo, viene gozoso,


con hambre de saber más de la Palabra de Dios, ve que los hermanos se llevan bien y se siente muy a gusto, quiere uno participar en todas las actividades de la iglesia, es el primero en llegar temprano, el último en salir, quiere animar a los hermanos que andan tibios y fríos.


Pero sucede que al correr del tiempo, comienza a “ver” detalles en los hermanos; resulta que “ve” que algunos hermanos no son lo que creía, no actúan tal como hablan, que ya le sacaron la lengua, que los saluda y no le devuelven el saludo, y todo esto lo ha estado guardando en su corazón hasta que llega el momento en que se desencanta y piensa que estaba equivocado, que no es lo que pensaba, que los hermanos son unos hipócritas y decide dejar de congregarse. Porque los hermanos, en los que puso su fe, lo decepcionaron.


Esta decepción no debería de ser, amados hermanos, aquellos que estén pasando por esta situación quiero decirles que Cristo les ama, tanto que no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, ¿y para qué? para que usted mi hermano goce de la vida eterna. 2a Corintios 4:5 dice: Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, 1a Corintios 1:23 dice: pero nosotros predicamos a Cristo crucificado; Te hago esta pregunta hermano: ¿Creíste en Jesús o en la persona que te transmitió el mensaje?, Jesucristo es el cordero de Dios sin mancha, que quita el pecado del mundo; Pablo en Romanos 7:24 habla de sí mismo diciendo: ¡miserable de mí!,¿quién me librará de este cuerpo de muerte?, y en Filipenses 3:12 dice No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús…


Concluímos, pues, que los ojos los debemos de poner en Cristo, no en los hermanos, todos estamos en un proceso de santificación, de perfeccionamiento;  Jesucristo es el único que estuvo en el mundo y venció al mundo, es el cordero sin mancha, como dice Hebreos 12:2 pongamos nuestra atención en Jesús, no en los hermanos, no caigamos en lazo del diablo, que es el que nos susurra al oído: “¿ya te fijaste que no te saludó tal hermano? seguramente te habló el otro día porque te pidió un favor, y como ahora no te necesita, no te habla, mira, aquel dice y habla y hace lo contrario, mejor saque la espada que es la Palabra de Dios y reprenda al demonio que le está metiendo cosas en la cabeza... Hermanos, nadie es perfecto, no sea duro para juzgar, para que Dios no le juzgue, recuerde que si vemos la paja en el ojo del hermano seguramente tenemos una viga en el nuestro. Si el hermano realmente no está actuando bien mejor ore por el hermano, doblemos rodilla y pidámosle al Espíritu Santo que nos revele realmente qué es lo que está pasando; a lo mejor estamos dolidos con un hermano porque nos dijo algo que nos lastimó, pero a veces nos duele que nos digan nuestras verdades porque no nos gusta escucharlas. 


Pongamos nuestros ojos en Jesús, si nos decimos seguidores de Jesús, él nos enseña que debemos de hacer con aquellos que nos hacen mal:


  • Jesús sabía que los fariseos buscaban ocasión para acusarle y matarle, y sin embargo, él no dejaba de congregarse; Lucas 19:47 dice Y enseñaba cada día en el templo; pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle. Nosotros no aguantamos nada, nos sacan la lengua y ya sentimos que nos están crucificando y ya no queremos ir…


Pablo dice en Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca… ¿y cuál es ese día? el día en que el Señor viene por su iglesia, una iglesia preparada, no una iglesia fría, menos tibia, y ¿cómo estaremos si no nos congregamos? ¿Le vamos a decir al Señor: es que mis hermanos me sacaban la lengua y me mal veían y eran hipócritas?… No mis hermanos, el Señor no quiere excusas, quiere fruto en nosotros; Amados, no dejemos de congregarnos somos un cuerpo en Cristo, amémonos unos a otros, soportémonos y tolerémonos, Cristo viene, Maranatha, el Señor les bendiga.


Iglesia de Cristo Ebenezer León de Judá Córdoba, Veracruz, México

Hermano Juan Francisco Luna Griego

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